El perdón me ofrece todo lo que deseo.
Evitaré caer en la tentación de dejar que mis regalos queden sepultados en el olvido, por el contrario, mantendré firme en mi mente tratando de pensar en ellos por lo menos un minuto cada cuarto de hora. Recordaré cuán preciados son con el siguiente recordatorío, el cual tiene el poder de mantenerlos en mi conciencia a lo largo del día:
- El perdón me ofrece todo lo que quiero.
- Hoy he aceptado que esto es verdad.
- Hoy he recibido los regalos de Dios.
2 comentarios:
Qué buena noticia!
Qué buena lección, es de la mejores!
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