Lección 118

Mías son la paz y la dicha de Dios.

  • Hoy aceptaré la paz y la dicha de Dios en grato intercambio por todos los substitutos de la felicidad y de la paz que yo mismo inventé.
Déjame aquietarme y escuchar la verdad.
  • Permite que mi débil voz se acalle, para poder oír así la poderosa Voz de la Verdad Misma asegurarme que yo soy el perfecto Hijo de dios.
Éxito.

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