Dios, al ser Amor, es también felicidad.
- Quiero recordar que el amor es felicidad y que nada más me puede hacer feliz.
- Elijo por lo tanto, no abrigar ningún substituto para el amor.
- El amor, al igual que la dicha, constituyen mi patrimonio.
- Éstos son los regalos que mi Padre me dio.
- Aceptaré todo lo que en verdad me pertenece.
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