Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era.
¿Que es lo que mantiene al mundo prisionero sino mis propias creencias?¿Y qué puede salvar al mundo excepto mi propio Ser?
El poder de las creencias es ciertamente formidable. Los pensamientos que albergo son poderosos, y los efectos que las ilusiones producen son tan potentes como los efectos que produce la verdad. Los locos creen que el mundo que ven es real, y así, no lo ponen en duda. No se les puede persuadir cuestionando los efectos de sus pensamientos. Sólo cuando se pone en tela de juicio la fuente de éstos alborea finalmente en ellos la esperanza de libertad.
La salvación, no obstante puede alcanzarse fácilmente, pues todo el mundo es libre de cambiar de mentalidad, y al hacerlo todos sus pensamientos cambian también.
Meditaré pidiendo:
- Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era y en lugar de ello elijo mi propia realidad.
Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario