Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.
La idea de hoy es aplicar la del día anterior. No asocio la luz con la fortaleza ni la obscuridad con la debilidad. Ello se debe a que mi idea de lo que significa ver está vinculada al cuerpo, a los ojos y a al cerebro De ahí que crea que pudo cambiar lo que veo poniendo trocitos de vidrio delante de los ojos. Ésta es una de las muchas creencias mágicas que proceden de mi convicción de que soy un cuerpo y de que los ojos del cuerpo pueden ver.
La fortaleza pasa por alto todas estas cosas al mirar más all á de las apariencias. Mantiene su mirada fija en la luz que se encuentra más allá de ellas. Se une a la luz de la que forma parte. Se ve a sí misma. Me brida la luz en la que mi Ser aparece. En la obscuridad percibo un ser que no existe. La fortaleza es lo que es verdad con respecto a mi, más la debilidad es un ídolo al que se honra y se venera falsamente a fin de disipar la fortaleza y permitir que la obscuridad reine allí donde Dios dispuso que hubiese luz.
La fortaleza procede de la Verdad y brilla con la luz que su Fuente le ha otorgado; la debilidad refleja la obscuridad de su hacedor. Está enferma, y lo que ve es la enfermedad, que es como ella misma. La verdad es un salvador, y su voluntad es que todo el mundo goce de paz y felicidad.
Medita sobre esto. Éxito.
Lección 92
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