Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.
Mis resentimientos me muestran lo que no esta ahí y me ocultan lo que quiero ver. Habiendo reconocido esto, ¿para qué los quiero? Mis resentimientos me mantienen en la obscuridad y ocultan la luz. Los resentimientos y la luz no pueden coexistir, pero la luz y la visión tienen que unirse para que yo pueda ver. Y para poder ver tengo que desprenderme de mis resentimientos.
- No permitas que haga de esto un obstáculo a la visión.
- La luz del mundo desvanecerá todo esto con su resplandor.
- No tengo necesidad de esto. Lo que quiero es ver.
Hoy reconoceré dónde está mi salvación. Está en mi porque ahí es donde está su Fuente. No ha abandonado su Fuente. Por lo tanto, no pudo haber abandonado mi mente. Dejaré de buscarla fuera de mí mismo. No es algo que se encuentre afuera y luego tenga que traese adentro. Se extenerá desde dentro de mí y todo aquello que vea no hará sino reflejar la luz que brilla en mí y en si mismo.
- No dejaré que esto me tiente a buscar mi salvación fuera de mí mismo.
- No permitiré que esto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente de mi salvación.
- Esto no pude privarme de la salvación.
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